El sueño de dos amigos

Grazie Mille es un flamante emprendimiento que nace en Altamira, La Consulta, Valle de Uco, Mendoza, con el sueño de dos amigos; Fernando Spigatín y Leandro Rodríguez; el primero, enólogo y el otro enófilo. Dotados de aprendizajes e historias, descubrieron que ambos compartían las mismas pasiones; el vino y la amistad.

Y de un viñedo centenario a los pies de la Cordillera de los Andes, crean sus vinos de diseño. La bodega incluye una interesante propuesta de enoturismo con restaurante y galería de arte. Así, Grazie Mille es una experiencia completa que refleja la búsqueda constante de la felicidad en los grandes placeres y los pequeños detalles.

La historia detrás de esta joven bodega es única. El proyecto inició en medio de la pandemia, en un momento histórico único, en el cual abrazarse se había vuelto una utopía. Fernando Spigatín, winemaker, viene de familia de viticultores y tiene muchos años de experiencia en su empresa familiar Domados Wines. Para él: “todo gran vino nace en el viñedo”, por eso custodia cada detalle de las vides y todo el proceso natural de elaboración de los vinos.

Por su parte, Leandro Rodríguez es empresario y amante del buen vivir. Él es quien aporta todo su know how empresarial, comercial y social abriendo caminos sólidos a Grazie Mille en sus primeros pasos.

Las almas de Grazie Mille

A Fernando, la vida lo puso a prueba. Y, no solo pudo recuperarse dos veces, sino que esas vivencias extremas lo ayudaron a poner foco en lo importante de la vida y del trabajo. Es por ello que ahora el winemaker disfruta más de sus tareas, en un entorno privilegiado. Y su experiencia le ha permitido desarrollar más sensibilidad a la hora de degustar los componentes pensando en los cortes finales, y más capacidad de comprensión para entender a su joven y apasionado socio y amigo. Juntos, logran vinos con nombres inspiradores y un gran carácter de lugar.

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