¿Pagarías U$558.000 por un Pinot Noir?

El domingo 18 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Pinot Noir. Cómo es, de dónde viene y cuáles son los recomendados de DELIRIO para brindar por el cepaje protagonista del vino más caro del mundo, y del que muchos enólogos escapan a la hora de la vinificación por sus complejidades.

Si bien es una de las cepas más codiciadas y admiradas del mundo, en la Argentina la Pinot Noir es una de las grandes apuestas de pocos hacedores. No porque no confíen en sus condiciones, sino por lo difícil y desafiante que es para poder elaborarla pensando en vinos de alta gama.

En la Argentina la Pinot Noir, por su complejidad de realización, es una de las grandes apuestas de pocos hacedores

El Pinot (piña) Noir (negra), recibe su nombre por sus racimos chicos y cónicos, tipo las piñas del bosque. Oriundo de la Borgoña en Francia, se da muy bien también en otras regiones frías o zonas costeras como Oregón (Estados Unidos), Valle de Leida (Chile) o Nueva Zelanda. Además, es una de las uvas protagonista del Champagne. 

Y para despejar dudas sobre su estirpe, el vino más caro del mundo es; desde hace muchos años; un Pinot Noir de la Borgoña (Francia), por el cual se abonaron el año pasado u$s 558.000. Fue una botella (750cc) de Romanée-Conti 1945, en una subasta de la casa Sotheby's de Nueva York. Esto puede sorprender a muchos, peor en realidad los amantes del vino conocen de sus atributos. Suele ser el más suave y a la vez el más elegante de los tintos, con una acidez tensa que le garantiza una larga vida en botella si está bien elaborado. Y con un carácter que deambula entre las cerezas negras, las especias, los hongos, y todo lo bueno que puede aportar una crianza certera; ahumados, tostados, etc. Pero más que hablar de descriptores de aromas y sabores, para entender al Pinot Noir hay que todos sus atributos deben girar en torno a las sutilezas. Su aspecto es tenue y traslúcido, comparado con muchos otros tintos. Esto puede confundir a muchos consumidores que asocian la intensidad de color a buen vino. La nariz puede ser más frutal de joven y con algo de especias, pero los más complejos viran hacia notas terrosas. Pero la clave está en sus taninos, que pueden ser los más finos y a la vez filosos, otorgando texturas sedosas y siempre con una frescura sostenida. Es un vino de trago fluido, pero no por eso menos intenso.

Dicen los que saben y lo hacen que es la uva más complicada para elaborar, tanto en la viña como en la bodega. Y si bien en nuestro país la mayoría de las zonas vitivinícolas están en regiones desérticas, desde Salta a Patagonia, poco a poco se van multiplicando los buenos exponentes. Los de climas más frescos (Patagonia, Chapadmalal y Valle de Uco), se diferencian por ser más vivaces. Mientras los de Luján de Cuyo (y hasta los del NOA) suelen ser más amables, aunque poco a poco van ganando en frescura, porque ahora se cosechan las uvas antes, con menor alcohol potencial y mayor acidez natural.

De las 224.000 hectáreas de vides en la Argentina, solo el 1,8% (4.000) está plantado con Pinot Noir, y la mayoría se destinan a vino base para espumantes.

Pero últimamente se están multiplicando las propuestas, incluso en el nivel de “entry labels”, más allá de su complejidad a la hora de la producción.

En Patagonia hace tiempo que se lo trata como uno de los cepajes emblemáticos de la región, pero fue recién cuando se incorporó al mapa vitivinícola la provincia de Neuquén (año 2000) que se forjó una masa crítica, sumándose así a la propuesta mendocina.

El enólogo Leo Puppato (Familia Schroeder), que hace 17 años se mudó a San Patricio del Chañar, es uno de los referentes locales del varietal. Desde la plantación de los viñedos a principios de milenio, la Pinot Noir fue una de sus variedades más elegidas, con clones de INTA de Río Negro, aunque ahora poseen muchas hectáreas con el clon R4 sobre pie americano, de las cuales provienen las mejores uvas que terminan en el Familia Schroeder y en el Saurus Barrel Fermented. Leo siempre estuvo convencido en lograr una alternativa diferencial al Malbec.

Familia Schroeder se ha convertido en uno de los mayores productores de Pinot Noir de la Argentina

Actualmente, Familia Schroeder se ha convertido en uno de los mayores productores de Pinot Noir de la Argentina, y es la única del país que armó una micro bodega interna dedicada exclusivamente al varietal. Allí, los tanques son abiertos, similares a los que utilizan en Oregón (la zona productora de los mejores Pinot Noir americanos), con la relación uno a uno para una mayor exposición de los hollejos, y lograr así extracciones más suaves. Esto es fundamental para alcanzar mayor fineza, explica el enólogo que, además, cuenta con el asesoramiento de Paul Hobbs, reconocido flying winemaker con gran expertise en la variedad. Hoy elaboran siete vinos a base de Pinot Noir dentro de la bodega, incluyendo un cosecha tardía, y es la segunda cepa en sus exportaciones, detrás del Malbec.

El día internacional del Pinot Noir es también la ocasión ideal para descubrir el Proyecto Hermanas; lo nuevo de Lagarde. Están lanzando un 100% Pinot Noir de la cosecha 2018 ($1.100), con uvas provenientes la nueva finca de la familia (plantada en 2015), ubicada en Gualtallary (Tupungato, Valle de Uco), a 1.350 metros sobre el nivel del mar. Luego de la elaboración, el vino reposó durante 12 meses en toneles de roble francés de 2.500 litros y barricas de 500 litros.

El día internacional del Pinot Noir es también la ocasión ideal para descubrir el Proyecto Hermanas; lo nuevo de Lagarde.

La línea Proyecto Hermanas nació en 2017, fruto de la pasión que las hermanas Sofía y Lucila Pescarmona sienten por el vino y gracias al “expertise” que han adquirido durante los años que llevan al frente de Lagarde.

“Al hacer estos vinos, lanzamos una pregunta al aire, buscando desafiar las tradiciones, pero a la vez, respetarlas, estableciendo nuestro legado mendocino a través de un nuevo camino de trabajo. Es la búsqueda de nuestro estilo, soñando un camino juntas y acercando tierras que quedan lejos”, explica Sofía Pescarmona, CEO de la bodega, sobre esta gama de vinos, que ya se comercializa en Argentina y Estados Unidos.

“Hacer estos vinos fue una oportunidad para extrañarnos menos, para reírnos de las diferencias que nos caracterizan, pero también para sumar fuerzas con la naturaleza”, agregó Lucila, directora de ventas de Lagarde en Estados Unidos.

Por suerte, cada vez son más los que se animan a desafiar al Pinot Noir. Así, los tintos van ganando en tipicidad y los espumosos en carácter.

 

10 Pinot Noir para celebrar

Portillo Pinot Noir 2018

Salentein Wines, Valle de Uco ($170)

 

Reserva del Fin del Mundo Pinot Noir 2017

Bodega del Fin del Mundo, San Patricio del Chañar ($450)

 

Benmarco Pinot Noir 2017

Susana Balbo Wines, Valle de Uco ($650)

 

Luigi Bosca La Consulta Gran Pinot Noir 2015

Bodega Luigi Bosca, La Consulta, Valle de Uco ($750)

 

Trivento Golden Reserve Black Series Pinot Noir 2017

Trivento, Tunuyán, Valle de Uco ($800)

 

Pequeñas Producciones Pinot Noir 2018 

Escorihuela Gascón, El Cepillo, Valle de Uco ($890)

 

Pulenta Estate Pinot Noir 2017

Pulenta Estate, Tupungato, Valle de Uco ($950)

 

Lagarde Proyecto Hermanas Pinot Noir 2018   

Pescarmona Wines, Gualtallary ($1100)          

 

DV Catena Domingo Vineyard Pinot Noir 2015

Catena Zapata, Villa Bastías, Tupungato ($1400)

 

Familia Schroeder Pinot Noir 2015

Familia Schroeder, San Patricio del Chañar, Neuquén ($1450)

 

Y por supuesto, la última recomendación es el Pinot Noir Cono Sur Single Vineyard Block 21 Viento Mar 2017, Valle de San Antonio, Chile; que viene en la CAJA DELIRIO TRIVENTO de este mes.

 

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at Fabricio Portelli