Huarpe, una historia con pasado, presente y futuro

Desde su nacimiento, en 2003, los vinos de Huarpe fueron reconocidos como vinos de autor. Hoy, si bien sigue siendo José Hernández Toso el hacedor, gracias a la fusión con Riglos el horizonte de sus vinos se amplió. 

El actual director de Enología de Huarpe y Riglos, supo ser el enólogo principal en la bodega J. Hofstaetter en Alto Adige (Italia), también en Graf Adelmann en Baden-Württemberg, Alemania. Donde es Investigador asociado en el Instituto del Vino Weinsberg y donde perfeccionó sus estudios. Y si bien su misión y visión con Huarpe Wines desde su creación en 2003 fue trascender las fronteras, hoy la bodega y sus vinos toman un nuevo impulso. Porque si bien él es el hacedor, la mesa chica se agrandó, enriqueciendo las opiniones, pero también, sumando un origen de excepción a los vinos de la bodega; Gualtallary

Pero antes de esta unión que hace la fuerza, nació esta bodega de la mano de dos hermanos con apellido importante dentro del vino argentino. Ellos se inspiraron en esa civilización pre-colombina que habitó originalmente Mendoza, que eran pacíficos y adoraban a la Madre Naturaleza. Se sabe que Mendoza posee un clima árido y, por ende, el uso racional del agua es clave. Fueron los Huarpes quienes diseñaron un sistema de irrigación que transformó el paisaje desértico en un oasis ideal para la vitivinicultura. Ellos construyeron canales que irrigaron los suelos que habitaban y hoy, Mendoza posee la superficie más irrigada de la Argentina. Pero además del hombre y el agua, el clima y el suelo con claves. Por eso “Pepe” siempre se dedicó a explorar diferentes terruños, aunque eligió Agrelo para asentarse con la bodega. A principios del milenio, sus vinos tintos eran concentrados y de impacto, pero a la vez muy prolijos en texturas y crianza.

Con el tiempo y la evolución, fueron ganando frescura y vivacidad, a la vez que cedieron en concentración peor no en estructura, porque los taninos en los tintos de José siguen siendo protagonistas. Los cuatro vinos elegidos para DELIRIO son sus íconos. Los Huarpe Terroir que son blends inspirados en las uvas que mejor reflejan cada uno de los tres lugares: Agrelo, Vista Flores y Gualtallary. Y por último el Guayquil, “su elegido”. Un vino que cuento con muchos fanáticos, no solo en el país sino alrededor del mundo. Sin duda, cuatro vinos para disfrutar y compartir, pero también para regalar o guardar en la cava por varios años más.

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