Saturday 20 de April de 2024

BODEGA DEL MES | Hace 2 años

Conocé la Bodega con doble nacionalidad

Llegar a una bodega bien establecida, cuyo propietario es uno de los referentes más importantes del continente, y poder imponer un nuevo estilo es, sin dudas, un gran logro. No sólo personal, sino de la bodega. Porque es una manera de aceptar la dinámica de la evolución permanente del vino argentino, al menos en lo que va del siglo XXI.

Aurelio Montes, uno de los enólogos más reconocidos de Chile, cruzó Los Andes allá por 2002, en busca de nuevos horizontes vínicos que le permitieran hacer crecer su negocio. Básicamente porque ya exportaba el 93% de su producción por aquel entonces, y sus clientes del mundo le demandaban alguna novedad impactante y, en lo posible, que no fuera chilena. Así, el Malbec mendocino asomó como la gran oportunidad.

Su reconocido estilo delicado y elegante, con las notas de crianza como co-protagonistas, respetando las demandas del paladar universal, pronto se hicieron sentir en los Kaiken Ultra, Malbec y Cabernet Sauvignon, sus dos primeros vinos argentinos. El éxito no se hizo esperar, y así vinieron el crecimiento, la compra de fincas y una gran bodega tradicional, totalmente remodelada y acondicionada para la producción de vinos de alta gama cuyo mercado principal sería el mundo.

Nota Kaiken 03

La bodega construida en 1920 cuenta además con destilería, planta de aceite de oliva y un viejo generador propio (todo en desuso), ya que fue concebida como toda una industria. Con una capacidad de 7 millones de litros (5 de vinificación y 2 de estiba). Allí se habían hecho piletas chicas de cemento porque era la capacidad de la cosecha diaria de una familia. Esto sirve hoy para vinificaciones de diversos volúmenes. “El hormigón es más eficiente por energía, y nos gusta el epoxi porque evita el desarrollo de bacterias” cuenta Gustavo. Las piletas son ideales para trabajar por arriba y para llevar a cabo maceraciones largas, como ellos quieren. Además, poseen 2800 barricas dispuestas en tres naves que ellos llaman “subtes”. Las de Mai descansan con música gregoriana, y en cada rincón se ve el legado de Douglas (uno de los fundadores de Kaiken) y su respeto por el Feng Shui.

Ya todos saben que la clave del vino está en el terruño. Pero por estas tierras esto recién está empezado a ser lo más importante en un vino, y es por ello que se necesitan bodegas y personajes visionarios para poder interpretar cada lugar, explorar el potencial de cada variedad en cada tipo de suelo y así poder desarrollar vinos con estilo y personalidad propia.

Distinto es en el Viejo Mundo donde ese trabajo ya se hizo hace varios siglos y hoy ya casi no importa quién haga el vino, sino que el hacedor respete la cultura del lugar y que sea la naturaleza la que hable más o menos bien de acuerdo a las condiciones climáticas de cada añada.

Pero el Nuevo Mundo está en otra etapa, no se puede decir que es tan atrasada, porque hoy gracias a la tecnología, el estudio de los suelos avanzó a razón de 25 años por año. Y entonces todas las voces se escuchan y todas las copas se cruzan. Nadie tiene razón pero cada uno tiene las suyas porque en la actualidad la Argentina está en la búsqueda. Y ahí todo vale.

Kaiken es una de esas bodegas que decidió tomar el toro por las astas hace varios años. Primero Aurelio Montes (referente chileno) fue cauto, cruzó Los Andes para hacer un Malbec y un Cabernet Sauvignon (Ultra 2002). Y cómo le gustaron mucho y los vendió todos, se metió de lleno en nuestra vitivinicultura. Compró viñedos, luego una bodega, y con los años adquirió más viñas y acondicionó la bodega; una de las más atractivas en el corazón de Vistalba, el lugar ideal para empezar a escribir una historia de viña.

Nota Kaiken 03

Vista Flores, el futuro es hoy

Hasta hace unos años, Aurelio Jr. estaba a cargo de la bodega y de los vinos, y se preocupó por descubrir nuevos terruños mendocinos, más allá de las viñas viejas que rodeaban a la bodega en Vistalba. Así fue como descubrieron el gran potencial de una zona clásica como Agrelo, y se anticiparon al futuro en el Valle de Uco, más precisamente en Vista Flores.

En Los Chacayes y a 1350 metros, ya tienen plantadas 30 de las 150 hectáreas que adquirieron en 2010. Es una finca ubicada en la loma del Valle de Uco y frente a la Cordillera frontal, tan larga que llega hasta Los Árboles. El problema allí no es el suelo ni el clima sino que se frenaron los permisos para los pozos de agua. Pero están convencidos que se puede volver a plantar trabajando con dry farming para poder plantar en los tres ríos secos que atraviesan la finca. Por ahora tienen Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot, y algunos de ellos en cabeza para aprovechar cada rincón del viñedo sin tener que remover toneladas de piedras. Haciendo calicatas se dieron cuenta que los suelos no son tan aluvionales, sino más bien coluviales, es decir con piedras traídas por gravedad y no por el río. Es decir que allí no había suelo, sino que se fue formando un suelo franco arenoso con algo de limo. Un terruño virgen, con mucha disposición de calcio, en un clima extremo y con un buen drenaje que evita las heladas. Como se trata de una zona nueva hay variabilidad de vigor y concentración en las plantas de una misma hilera.

Del que ellos denominan “Sector Ermita” nació el Obertura Cabernet Franc. Son plantas en vaso muy difíciles de manejar, no muy altas por el zonda, aireadas, de 4 o 5 racimos, con raleo y poda en envero para poder madurar, cosechadas todas de una y elaboradas en bins, bien artesanal. “Es un vino sin tanta boca pero vertical y con un carácter de lugar especial con el que vamos aprendiendo año tras año”, dice Gustavo Hörmann. Él está convencido que tomillo salvaje presente entre las vides lo absorbe la pruina de las uvas y algo de eso llega al vino. Y por las dudas aclara que existen estudios realizados en UC Davis y el INTA al respecto que confirmarían su teoría.

Aquí también nacieron dos de los nuevos Malbec Aventura, Chacayes Sur y Norte, ambos seleccionados para DELIRIO junto con el Obertura.

Nota Kaiken 03

Agrelo, todo el potencial en un solo lugar

Originalmente, el proyecto era construir en la Finca Alto Agrelo (de 61 ha) la bodega. Sin embargo, es una zona muy difícil por sus suelos pesados y muy productivos. Realizaron muchos trabajos de movimientos de suelos allí porque quieren enfocar la finca a uvas de la mejor calidad posible. Allí tienen Malbec, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Bonarda, Cabernet Franc, Ancellotta y Marselan.

A orillas del lago (un reservorio de agua para riego) Gustavo cuenta que toda la uva de allí se usa para Kaiken Reserva, salvo el Bonarda. De esa zona es mejor el Cabernet Sauvignon y el Bonarda anda muy bien, porque es una zona caliente, con mucha amplitud térmica. Los manejos se diseñan para lograr mayor penetración de las raíces. Hay más materia orgánica, y con mucha cabeza y movimientos mejoramos el sistema radicular. Allí tienen una densidad de 5000 plantas por ha, obtienen un rendimiento de 10.000 kg por ha, y apuntan a mecanizar.

Vistalba, historia más vigente que nunca

Lo que más enamora al llegar a Kaiken es el paño más de 125 años plantados con el material genético directo de Michel Pouget; el enólogo francés que introdujo el Malbec a la Argentina por pedido de Sarmiento a mediados del siglo XIX. De ahí sale el Malbec más puro que tienen. Se trata en general de una viña baja de mucha densidad. En los 90´se incorporaron las espalderas altas y el riego por goteo, por eso en la finca que rodea a la bodega conviven los dos sistemas, es decir la viticultura tradicional con la moderna.

Por su parte, el Merlot está en un parral de 80 años y el Cabernet Sauvignon en uno de 75 años, plantados por Calise, el fundador de la viña y a partir de una selección masal.

El enólogo explica que el Cabernet Sauvignon es de baja producción mientras que el Malbec da menos de forma natural. La finca es biodinámica, y aunque no está certificada, el objetivo de la bodega es volver a los orígenes de la vitivinicultura; con huerta, animales, abonos naturales y guiados por el calendario lunar para realizar los trabajos en la tierra.

En la bodega se han tomado tan en serio el tema que tienen sus propia casita Bio en medio de la finca, donde atesoran todos los compost que allí mismo preparan. “En estos últimos años las plantas se ven más sanas, creció la microbiología y el componente orgánico del suelo. Volvieron los animales y se redujeron los pesticidas. Intentamos que la planta no se ofenda. Hay que estar convencido y no hay que negar que proteger el suelo y el medioambiente es bienvenido por el entorno”, aseguran.

El suelo allí es profundo, de un metro, franco-arenoso con un 15% de arcilla, y luego canto rodado. Son bien aluvionales, con sedimentos más gruesos que lo hace más permeable. Con mucha mineralidad y mucho contenido de calcáreo, más que en Agrelo, las raíces del Cabernet Sauvignon van más profundo, es un suelo muy lindo. Allí en Vistalba también tienen Chardonnay y lo utilizan para darle más cremosidad al de Uco.

Nota Kaiken 03

De la mano de Francis Mallmann

A la deslumbrante experiencia de visitar antiguos viñedos rodeados de una vista única a la Cordillera de los Andes, Bodega Kaiken ofrece un cierre a lo grande: poder disfrutar de una degustación de sus mejores vinos, deleitándose con la exquisita gastronomía del reconocido chef Francis Mallmann. Bautizada con el nombre de Ramos Generales”, se trata de un menú informal y descontracturado, elaborado a base de exquisitas empanadas mendocinas y sandwiches gourmet, que ofrece al visitante saborear de ricos vinos copa en mano, inmersos en un paisaje sin igual.

El nombre “Ramos Generales” está inspirado en los antiguos almacenes, lugares con misticismo, con historia y con variados artículos útiles para la vida familiar en el campo. Un lugar donde los aromas se mezclan entre las especias, las harinas, los quesos, los chacinados, el café en grano y con miles de productos más, completando una gran experiencia que siempre invita a volver.
Nació con la idea de complementar la propuesta de enoturismo que ofrece Bodega Kaiken, las que incluyen visitas tanto a sus viñedos como a su preciada cava de barricas, finalizando con una degustación de sus mejores vinos, para disfrutar copa en mano de la increíble vista a la Cordillera de los Andes. 

Caja Kaiken

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