Un sueño que dio sus frutos

Federico Bandini es un mendocino que emigró a la lejana Houston y, ya devenido en exitoso empresario, regresó a su Mendoza natal para cumplir un sueño; levantar la bodega propia. Con el objetivo de comenzar un legado de generaciones, junto a su familia se rodeó de un equipo de profesionales para trabajar en conjunto, pensando en el crecimiento y la consolidación del nuevo emprendimiento familiar.

Claro que esto no se da de un día para el otro. Y, además de visión, hay que tener paciencia una convicción clara. Cuando Federico llegó a ese lugar, se dio cuenta de su significado en la historia mendocina, y decidió afincarse allí, en el corazón de Las Compuertas. Pero el camino fue, es y será largo. A la idea original, le siguieron la búsqueda de la excelencia y la obsesión por los detalles. Luego formó un gran equipo en las diferentes especialidades que requería el emprendimiento. Esto incluyó viticultura de precisión, de la mano del Ing. Agrónomo Rodrigo Guisasola quien, junto al experimentado Marcelo Canatella, lleva a cabo tareas complejas de manejo de la vid para medir y analizar cada planta de la finca, a fin de obtener resultados óptimos. Y a esto se le sumó una enología de alta gama. En la bodega, es Alberto Moreno quien guía la elaboración de todos los vinos, con el asesoramiento del reconocido Marcelo Pelleriti.

Vinos modernos, terruño tradicional 

Con el objetivo de comenzar un legado de generaciones, se rodeó de un equipo de notables profesionales que, junto a él y su familia, trabajan en conjunto para hacer crecer este emprendimiento familiar dedicado al vino y al enoturismo, ubicado en Las Compuertas. Finca Bandini supo, en pocos años, ser protagonistas de ese tradicional y prestigioso terruño de la Primera Zona, respetando las viñas viejas, plantando viñedos nuevos y levantando bodega propia, que se suma al visitor center y la casa de huéspedes, con vinos modernos.