Bodega del Carmen es una de las grandes novedades de San Juan, con sus auténticos vinos de valle, que muestran una cara diferente de la región cuyana, al tiempo que proponen expresiones propias de un lugar extremo.
Bodega del Carmen es una de las grandes novedades de San Juan, con sus auténticos vinos de valle, que muestran una cara diferente de la región cuyana, al tiempo que proponen expresiones propias de un lugar extremo.
Al sudoeste de San Juan, en un valle único con colores de la naturaleza, emergen los vinos de Bodega del Carmen. Más precisamente, en la precordillera sanjuanina de Villa Corral, Calingasta, a 1500 metros de altura, al pie del majestuoso Cordón del Tigre. Que en su ladera se conforma un jardín extenso, perfecto y natural para la gestación de los vinos Nido del Tigre. Frutos de una cosecha con 300 días de sol y de su linaje pionero, hechos que los hacen únicos en su especie. Las uvas poseen cualidades ideales para hacer grandes vinos, aunque esta historia recién empieza, y todavía hay mucho por aprender.

El paisaje, suelos con sanidad absoluta, el clima seco con gran amplitud térmica y los suelos a 1450 metros de altura, significan condiciones tan extremas como únicas para la vid. Los trabajos en el viñedo son llevados a cabo por gente del lugar, que conoce las condiciones climáticas como nadie, pero siempre seguidos de cerca por el asesor enológico de la casa, Federico Isgró; uno de los viticultores y hacedores más importantes de la Argentina. Quién llegó allí cautivado por el carácter particular de los vinos del valle. En Bodega del Carmen sólo utilizan el 60% de la uva, obteniendo así una mayor concentración y vinos de alta calidad. Toda la cosecha se realiza de forma manual. La selección y el cuidado que se le da a la planta y a la uva es crucial para alcanzar los mejores resultados. Y una de las claves es que la bodega está emplazada al lado del viñedo, situación es ideal para la producción, ya que el tiempo desde que el operario cosecha la uva hasta el traslado hacia la bodega es mínimo. Solo producen 40.000 litros año, que se reparten en distintas líneas: Chimuelo, Alma de Rey, Nido de Tigre, Predador y Passito, un vino que delata su impronta italiana en la concepción de los vinos, ya que se elabora con “appassimento de uvas Torrontés”, una técnica italiana milenaria. Deshidratan los racimos un 30% antes de pasar a la prensa, y luego lo crían durante 14 meses (50% en barricas de roble francés de primer uso y 50% en clayver de cerámica).
Todos los demás, también tienen una concepción europea-tradicional, en busca de vinos que sean expresivos, pero a la vez que se puedan disfrutar más en la mesa.

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