Se celebra el día del Cabernet Sauvignon, el cepaje más implantado en el mundo, y protagonista de la mayoría de los vinos íconos que desvelan a los consumidores más exigentes de todo el mundo
Cada jueves anterior al feriado por le día del trabajo en los Estados Unidos se celebra el día del Cabernet Sauvignon, el cepaje más implantado en el mundo, y protagonista de la mayoría de los vinos íconos que desvelan a los consumidores más exigentes de todo el mundo. Este año cae hoy jueves 29 de agosto.
Si bien el Cabernet Sauvignon nunca se fue de la Argentina, ha quedado opacado por el auge del Malbec. Porque hasta fines del siglo pasado, los mejores vinos nacionales estaban concebidos a partir de é, ya sea en varietales o blends, emulando el estilo de los tintos bordeleses.
Con el comienzo del nuevo milenio, el Malbec se convirtió en la bandera vínica nacional, un poco empujada por sus atributos y otro poco por su originalidad, ya que en ningún otro país se vinificaba como varietal a gran escala.
El éxito del Malbec lo multiplicó, y los hacedores (enólogos y agrónomos) descubrieron en esa uva el mejor vehículo para revelar los diversos terroirs argentinos.
Pero más allá que el se hable mucho de él, todavía es difícil que logre ser tomado tan en serio por la élite mundial.
Por eso Estados Unidos, cuando salió a competir con los europeos, se decidió por el Pinot Noir, el Chardonnay y el Cabernet Sauvignon; los varietales franceses más prestigiosos. La historia cuenta que en la década del 60´, Robert Mondavi (uno de los máximos referentes americanos) impulsó el uso de los varietales en las etiquetas para poder diferenciarse de sus pares de Europa. Y así nació una verdadera competencia entre el Viejo Mundo; donde los vinos se conocen por su lugar de origen; y los del Nuevo Mundo.
Es cierto que se puede llamar la atención con el Malbec, como Italia puede hacer ruido con el Sangiovese de la Toscana o el Nebbiolo del Piamonte, y España con el Tempranillo de Rioja o Ribera del Duero. Pero difícilmente estas cepas alcancen el status de las uvas reinas en el corto plazo. No por casualidad la Argentina apostó primero por el Cabernet Sauvignon y los blends tipo Burdeos para concebir sus mejores tinos hacia fines del siglo XX; aunque las diferencias cualitativas eran notorias. Por suerte irrumpió el Malbec en escena, posicionando rápidamente al país en los principales mercados. Y si bien no hay que buscarle sucesor, sino seguir mejorándolo, hay que reconocer que el Malbec está empezando a pasar de moda allá afuera. En Estados Unidos, de ser una de las tres uvas más elegidas pasó a ser la décima en las preferencias. Para compensar, el Reino Unido pasó a ser el segundo mercado con casi 2,5 millones de cajas, siendo mayoría de Malbec.
Mientras tanto, en el mundo el Cabernet Sauvignon sigue siendo la cepa más implantada con más de 340.000 hectáreas. Sin dudas, su capacidad de aferrarse a todo tipo de suelos y climas, más allá de la fama y prestigio provocado por los Grand Cru Classe de Burdeos, hicieron que todo productor que se precio de bueno, quisiera lograr un gran vino con Cabernet Sauvignon en su tierra. Estados Unidos, con Napa Valley, Australia con Barossa Valley y Chile con el Alto Maipo, son grandes ejemplos de grandes vinos. Un dato curioso, que demuestra el significado del Cabernet Sauvignon, es que en China ya hay 60.000 ha (representando más del 7% de la superficie), mientras que en Francia; su cuna; hay 48.000.
Hoy muchas bodegas vuelven a apostar por los viejos Cabernet Sauvignon tradicionales de Luján de Cuyo (Agrelo, Perdriel y Las Compuertas), o se animan con algunos nuevos del Valle de Uco en Mendoza, o de los Altos Valles Calchaquíes en Salta. Y están naciendo muchos tintos longevos e interesantes.
Se sabe que es una uva de ciclo largo y que el sol le viene muy bien para madurar. Pero su ventana de cosecha suele ser corta y ahí es donde se hace difícil encontrarle el punto justo. Otro aspecto que motiva mucho a los hacedores es que hoy el manejo de la madera es diferente. Y sabiendo lo bien que se llevan el Cabernet Sauvignon y el roble para dar con vinos de guarda, es un atributo diferencial.
Ya se intentó posicionar al Bonarda como la gran segunda variedad, y los resultados están a la vista. Y en los últimos años, muchos apostaron por el Cabernet Franc, una variedad que los enólogos pusieron de moda, pero de la cual hay menos de 1000 hectáreas plantadas. De Cabernet hay 15.000, y muchas de esas son de viñas viejas.
No hay dudas que el futuro del vino argentino es el Malbec, pero el prestigio se consolidará de la mano del rey Cabernet Sauvignon.
10 Cabernet Sauvignon recomendados
Casa Boher Cabernet Sauvignon 2016 / Rosell Boher, Los Árboles, Valle de Uco ($500)
Chakana Estate Selection Cabernet Sauvignon 2017 / Chakana, Gualtallary, Valle de Uco ($500)
Trivento Golden Reserve 2017 / Trivento, Tunuyán, Valle de Uco ($600)
Luigi Bosca Cabernet Sauvignon 2017 / Bodega Luigi Bosca, Mendoza ($660)
Edad Moderna Cabernet Sauvignon 2018 / Altar Uco, Valle de Uco ($750)
Susana Balbo Signature Cabernet Sauvignon 2017 / Susana Balbo Wines, Mendoza ($850)
Fabre Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2015 / Fabre Montmayou, Luján de Cuyo ($850)
Particular Cabernet Sauvignon 2017 / Bodegas Bianchi, San Rafael ($990)
Primeras Viñas Cabernet Sauvignon Perdriel 2014 / Bodega Lagarde, Perdriel, Luján de Cuyo ($1700)
Pulenta Estate Gran Cabernet Sauvignon 2014 / Pulenta Estate, Agrelo, Luján de Cuyo ($1900)
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