
El vino nace en el viñedo, pero son pocas las bodegas que nacen a partir de una finca, y crecen sostenidamente con uvas propias poniendo foco en ese lugar y sin ampliar sus horizontes. Pero Gualtallary es tan especial y tiene tanto potencial, que sigue sorprendiendo a todos; hacedores y consumidores.
El vino nace en el viñedo, pero son pocas las bodegas que nacen a partir de una finca, y crecen sostenidamente con uvas propias poniendo foco en ese lugar y sin ampliar sus horizontes. Pero Gualtallary es tan especial y tiene tanto potencial, que sigue sorprendiendo a todos; hacedores y consumidores. Hoy se sabe que la geología y el clima del lugar se expresan en vinos naturalmente equilibrados, frescos y elegantes. Pero hace 25 años, eso era más un deseo. Por eso, el poder de atracción de entonces para inversores del mundo no solo era el potencial de una región vitivinícola emergente sino el paisaje. Imponente, con la Cordillera de los Andes de telón de fondo, coronada por el Tupungato y el Cordón del Plata. Y fueron esas vistas imponentes a las montañas y su entorno natural los que cautivaron a un grupo de amigos, principalmente de los Estados Unidos, aventureros apasionados del vino. Adquirieron esta finca y se rodearon de los profesionales que hoy siguen trabajando con ellos, sin saber muy bien que les depararía el futuro. Así fue como ese viñedo (hoy considerado entre los mejores del Valle de Uco) llega a reflejar el carácter del lugar y brindar uvas Malbec de gran calidad, además de Chardonnay y Cabernet Sauvignon entre otras. Al principio, solo vendían las uvas y elaboraban un vino “Friends & Famiy”. Pero se dieron cuenta del tesoro vínico que tenían, y se lanzaron a crear sus propios vinos.
Aquellas primeras uvas
En 2002, los propietarios de Finca Ambrosía llegaron a Gualtallary y descubrieron algo tan especial que decidieron sentar raíces. Durante la primera década, buscaron crear una conexión profunda con esta tierra y su gente. Guiados por Pedro Parra y su exploración profunda del terruño, aprendieron sobre la magnífica diversidad de suelos de la región. A través de la experiencia, la observación y el cuidado de los detalles se dedicaron a desarrollar y a aprender, mientras cultivaban uvas para algunos de los mejores productores del país como Trapiche, Altos Las Hormigas, Viña Cobos, Zorzal y Altar Uco.
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