Las novedades siempre tienen mucha fuerza entre los consumidores, pero la consistencia es más importante y a la larga termina siendo más valorada por los amantes del vino.
Porque de eso se trata, no es cuestión de lanzar un vino al mercado, sino de hacerlo con la intención de comenzar una historia. Y sin dudas, Pascual Toso pertenece al grupo de las bodegas que cultivan el bajo perfil, pero avalada por la consistencia de sus vinos, todos nacidos en Barrancas (Maipú), una de las regiones más tradicionales de Mendoza. Como las demás de la primera zona, Barrancas se vio opacada por el auge del Valle de Uco desde principios del milenio. Sin embargo, sus vinos logran una expresión propia porque sus suelos son muy pedregosos. Históricamente, era una zona de uvas maduras que daban por ende vinos maduros y, generalmente, con mucha madera; el estilo reinante a comienzos del milenio. Con el Cabernet Sauvignon y el Syrah como abanderados, los vinos de Toso fueron siempre bien recibidos en los mercados de exportación. Con el tiempo, los vinos nacionales evolucionaron y el Malbec se puso al frente de la conquista de los mercados, incluso el doméstico. Hace algunos años hubo un nuevo punto de partida de la bodega con objetivos vínicos renovados, respetando que Toso elabora desde siempre sus vinos con uvas propias de sus viñedos en Barrancas.
Fidelidad al origen
Mirando hacia el futuro, el gran objetivo de Bodegas Toso, como referentes de la zona, es colocar a Barrancas en la más alta consideración del público, los profesionales y la prensa especializada, recuperando el prestigio que la llevó a ser considerada primera zona desde el siglo pasado. Apostando al Malbec y al Cabernet Sauvignon; sin dudas las principales variedades; pero ampliando al juego al Syrah, al Chardonnay y al Cabernet Franc, entre otras. Porque la definición del estilo de la bodega parte de la fidelidad al origen de las uvas.
at Fabricio Portelli
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