Los vinos blancos pueden ser tan buenos, o incluso mejores, que los vinos tintos. Y si bien esto no implica que todos hayan evolucionado de la misma manera, cada vez son más y mejores los vinos blancos argentinos. Empezando por los jóvenes sin muchas pretensiones.
Los vinos blancos pueden ser tan buenos, o incluso mejores, que los vinos tintos. Y si bien esto no implica que todos hayan evolucionado de la misma manera, cada vez son más y mejores los vinos blancos argentinos. Empezando por los jóvenes sin muchas pretensiones. En esta categoría mandan las tipicidades varietales, cada vez mejor reveladas por la frescura, gracias a un mejor manejo del viñedo y selección del punto de cosecha. Cuando se sube la vara cualitativa, al igual que paso con los tintos, la variedad ya no importa sino el lugar. Es decir, que el vino blanco en cuestión debe hablar más del lugar que de su composición, a través del carácter y las texturas. Así, no solo surgieron los White Blends, sino varietales con un mensaje propio. Y, entendiendo que la originalidad no significa calidad, muchos hacedores se lanzaron a contribuir con la diversidad. Pero ya no de uvas ni lugares, sino de estilos, y a través de otros métodos. Como pueden ser los naranjos o los vinos con crianza biológica. Los primeros son vinos elaborados con uvas blancas, pero macerando el jugo con sus hollejos, como se hace con los tintos. Y para lograr los segundos, se recurre a una elaboración oxidativa, dejando que las bacterias generen un velo de flor que protege al vino del oxígeno.
Maridajes de verano
En verano el clima obliga a cambiar costumbres. Así surgen encuentros gastronómicos más informales al aire libre, y se multiplican las comidas a base de pescados y frutos de mar. Y las bebidas más elegidas son, ante todo, refrescantes. Por eso, al pensar en los mejores maridajes para disfrutar en verano, hay que tener en cuenta todos estos factores. Ideales son los blancos y rosados del año (2024), bien jóvenes, casi chispeantes, mejor con tapa a rosca para simplificar el servicio. Nada de etiquetas pretenciosas porque muchas botellas llegarán a la mesa más frías de lo necesario, y también es muy probable que haya que recurrir a un hielo para poder terminar la copa. Los varietales más vibrantes son los que tienen la acidez natural más marcada como Sauvignon Blanc, Chardonnay y Riesling en blancos y Pinot Noir en rosés. Claro que también están los naranjos, blancos vinificados como tintos, siempre apoyados en la tensión que dan la acidez y las texturas.
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